Natalia Ramaccini, residente de Monte Maíz, vivió un inesperado episodio de usurpación de identidad que derivó en insultos y acusaciones de estafa en sus redes sociales.
Una serie de mensajes ofensivos la tomó por sorpresa, acompañados de una falsa conversación que solicitaba dinero a sus contactos. Inicialmente, pensó que se trataba de una broma de mal gusto y buscó aclaraciones. Ante la persistencia de los improperios, optó por bloquear la cuenta emisora de los mensajes.
Posteriormente, recibió mensajes de otra persona alertándola sobre la solicitud de dinero en su nombre, revelando todos sus datos, incluyendo fotos y números de cuentas bancarias.
De inmediato, utilizó su cuenta de Facebook para informar a sus contactos sobre la situación, compartiendo una captura que mostraba el número de teléfono desde el cual se originaron los mensajes, identificado con la característica de Buenos Aires. La víctima, quien afirmó tener el mismo número durante quince años y con la característica de su localidad, dedujo que su cuenta de WhatsApp no había sido hackeada, pero los estafadores sí habían obtenido acceso a sus datos personales.
Como medida de precaución, visitó sus entidades bancarias para confirmar que no se habían realizado transferencias de dinero. Aunque los mensajes fraudulentos mencionaban una suma de $50,000, no se registró tal transacción en sus cuentas. A pesar de no sufrir pérdidas económicas, la situación generó un momento incómodo para la afectada, quien procedió a modificar sus claves y bloquear sus tarjetas de débito. Las acusaciones de estafa resultaron infundadas, pero el incidente dejó un amargo sabor.
Fuente: montemaizmira