Todo el mundo sabe, o al menos todo argentino, que el tercer domingo de octubre se festeja el Día de la Madre. ¿Por qué esta fecha?
Las celebraciones a la figura materna ya existían en la antigüedad, en civilizaciones como la griega o la egipcia, en la que se veneraba a diosas relacionadas a la maternidad.
Con la llegada e imposición del catolicismo, esas tradiciones se adaptaron a los homenajes realizados a la Virgen María. Concretamente en el año 431, el Concilio de Éfeso proclamó a María como la madre de Cristo en la doctrina católica.
Ya en el siglo XX, el Papa Pío XI estableció el 11 de octubre como el Día de la Divina Maternidad de María. En consecuencia, el gobierno argentino de facto de Félix Uriburu estableció que el Día de la Madre se festejaría el domingo más cercano a esta fecha.
Con el tiempo, se fijó el tercer domingo de octubre como la efeméride fija, diferenciando a Argentina de otros lugares del mundo en los que el Día de la Madre se festeja el segundo domingo de mayo, como por ejemplo en Estados Unidos.