Según lo informado por el sitio web Fiscales.Gob.Ar, el juez federal de Santa Rosa, Juan José Baric, dispuso el procesamiento sin prisión preventiva del juez Pablo Díaz Lacava, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Pampa, y el embargo de 100 millones de pesos por lesiones y amenazas cometidas contra seis trabajadores judiciales -cuatro mujeres y dos hombres-, en un contexto de violencia, maltrato laboral y violencia de género en el caso de las mujeres.
De esta forma, el imputado fue considerado responsable del delito de amenazas simples, amenazas agravadas por tener como propósito compeler a una persona a hacer abandono del trabajo, lesiones leves, lesiones graves por haber inutilizado para el trabajo por más de un mes, en un contexto de violencia, maltrato laboral y para el caso de las mujeres en un contexto de violencia de género, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público en grado de conato, desobediencia judicial y retardo malicioso de justicia.
Por otra parte, el juez mandó a trabar embargo sobre bienes o dinero de Díaz Lacava hasta cubrir la suma de 100 millones de pesos. Además, resolvió que se comunique lo resuelto al Consejo de la Magistratura de la Nación.
En el procesamiento, Baric sostuvo que “resulta a todas luces claro que Díaz Lacava, abusando de su superioridad jerárquica, mantuvo un trato vejatorio y humillante contra los damnificados, ello materializado en palabras, actitudes y hechos que culminaron con daños en la salud de varios de ellos cuyas secuelas persisten hoy día”.
“Debe quedar claro, y lo reitero para que no haya duda, que no se lo juzga por ser un magistrado estricto o apegado a las leyes. De ninguna manera. Al nombrado se lo juzga por la forma déspota en la cual se manejaba con parte del personal del Tribunal”, agregó el magistrado.
Los hechos
En el análisis de la prueba, Baric indicó que el imputado “realizó una selección de las personas contra quienes iba a comenzar este daño, devaste moral, hostigamiento psicológico, adopción de actitudes impredecibles, contradictorias e intempestivas, consistiendo estas en maltratos, indiferencia, gritos, destratos, violencia e indiferente hacia sus dependientes”.
“Todos los testimonios recogidos por el Ministerio Público Fiscal de los damnificados y testigos, tienen un denominador común: maltrato, gritos, falta de respeto, hostigamiento, instrucciones contradictorias que impartía respecto al modo de efectuar las tareas, que habla a las claras de alguien que disponía u ordenaba cosas de forma arbitraria, o que se manejaba hacia sus empleados y funcionarios de forma grosera, agresiva e impulsiva”, detalló.
Asimismo, describió que los hechos ocurrieron desde su llegada al Tribunal, intensificándose con el correr de los años hasta que en julio de 2022 se produjo un quiebre para peor en los maltratos y actos de violencia. “El espacio laboral fue el lugar ideal y tal vez propicio para llevar adelante su actividad depredatoria, porque allí él era dueño y señor”, describió Baric.
“Empleó contra los damnificados incesantes actos de humillación, intimidación y violencia, y una constante presión psicológica que sus víctimas a duras penas resistieron, hasta que sus cuerpos dijeron basta”, sostuvo el juez y agregó: “Logró deshumanizarlas, angustiarlas y vulnerarlas hasta enfermarlas y lesionarlas en su integridad psíquica y física”, sostuvo.
Por otra parte, sostuvo que el imputado produjo lesiones graves en la salud de otra secretaria, que culminó con licencia psiquiátrica, “horadada mental y físicamente”.
Entre los casos, destacó que “los ataques con violentas recriminaciones, impartiendo órdenes carentes de lógica con el fin de amedrentarlos y someterlos, derivó en que una secretaria terminara internada por estrés y trastornos severos en la salud”.
Por otra parte, sostuvo que el imputado produjo lesiones graves en la salud de otra secretaria, que culminó con licencia psiquiátrica, “horadada mental y físicamente”.
En ese sentido, argumentó que las actividades que desplegaba contra las mujeres víctimas, “no sólo eran desarrolladas en el ámbito del Tribunal, lugar donde tenía amplias facultades para hacer y deshacer a su antojo”, sino que “el imputado iba más allá” y las situaciones de maltrato se prolongaban fuera de los horarios laborales, “generando trastornos en el normal desenvolvimiento de la vida familiar de quienes lo padecían”.
Piedrazo
Otro de los hechos que relató está vinculado a cuando el imputado arrojó una piedra desde el exterior del edificio judicial que entró por la ventana del despacho donde se encontraban los secretarios, pasando cerca de la cabeza de uno de ellos. Aquella vez, los funcionarios se alertaron por la situación, hasta que posteriormente Díaz Lacava ingresó riéndose, contando que les había hecho una broma y refiriendo que había sido él quien tiró la piedra.
Fuente: https://x.com/FiscalesGobAr/status/1856787008443515112?t=XiTqg7AIg5amLVvR-HQwBg&s=08
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