En cada 3 de noviembre se celebra el Día Mundial del Sándwich (o sánguche), sin lugar a dudas una de las mejores creaciones de la humanidad.
Precisamente, se trata de un concepto gastronómico muy simple: un pan cortado a la mitad que contiene uno o diferentes ingredientes y se puede comer fácilmente, en casa, un restaurante, un picnic o en la calle, sin la necesidad de tener que ensuciar utensilios como platos, tenedores y cuchillos.
Además, es versátil en cuanto a gustos y también al bolsillo: se puede hacer con pan común o pan de centeno (negro), también con productos más caros (como por ejemplo, atún) o más baratos (como la mortadela).
En la gastronomía Argentina, algunos de los principales platos se enmarcan en esta tradición, como es el caso del choripán o del sánguche de milanesa. En Villa María y la región, donde hubo una importante corriente migratoria desde Europa, se producen chacinados y lácteos de alto nivel que permite también realizar sándwiches de gran calidad.
¿Por qué se celebra hoy?
Según el sitio web ElDiarioAr, fue elegido el 3 de noviembre porque coincide con el nacimiento del inglés John Montagu, el cuarto Conde de Sandwich, quien se considera que lo creó en el siglo XVIII. La leyenda cuenta que el conde de esa ciudad al sureste de Inglaterra era un aficionado a las cartas y a la cocina, por lo que les pedía a sus sirvientes que llevaran un trozo de carne entre dos panes. De esa manera, evitaba ensuciar sus dedos jugando a los naipes.
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Imagen ilustrativa de un sánguche de jamón ibérico (crudo). Crédito: bonviveur.es
