La jueza de menores Nerina Gamero, junto a Vilma Vallano, secretaria del juzgado, y Gisela, parte del equipo, se han embarcado en la noble tarea de encontrar una familia para una adolescente que anhela un hogar donde pueda desarrollarse plenamente.
Esta joven lleva años esperando la oportunidad de ser parte de una familia. A pesar de enfrentar desafíos de salud, específicamente una discapacidad que afecta su desarrollo madurativo, la esencia de esta niña de 17 años parece resonar más con una mente de 8 o 9 años. A través de sus habilidades artísticas, como el dibujo, la pintura y la creación de mandalas, demuestra una naturaleza única y especial.
La jueza Gamero destaca la dulzura de la adolescente, quien, cada vez que visita el juzgado, formula la misma pregunta con esperanza: “¿Me conseguiste familia?”. Con una segunda convocatoria en marcha, se renueva el llamado para difundir la historia y permitir que quienes estén dispuestos a brindar amor y apoyo se enteren de la oportunidad.
La posibilidad de formar una familia puede extenderse a parejas conformadas por mujeres, hombres y mujeres, siempre y cuando la joven lo acepte y las circunstancias sean propicias. Se destaca la importancia de ofrecer amor y contención, ya que se cree que estas cualidades son fundamentales para revertir las circunstancias y permitir que la adolescente se sienta acogida.
Gamero enfatiza la parte hermosa de su labor en el juzgado de menores, observando la transformación positiva que experimentan los niños y adolescentes que encuentran un nuevo hogar. Aunque reconoce la necesidad de cuidado, atención médica y apoyo terapéutico, subraya que el amor tiene el poder de curar y sanar. La jueza hace un llamado a reconocer el valor de cada niño y adolescente, destacando que todos merecen una familia que cumpla con esta función crucial.
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