El informe revela que la inseguridad alimentaria ha aumentado un 44% entre 2010 y 2022, con un deterioro especialmente pronunciado en los últimos cinco años.
Durante la pandemia de 2020, se alcanzó el peor momento, con una tasa de inseguridad alimentaria del 37,2%. Aunque ha habido cierta mejora en los últimos dos años, todavía un tercio de la población infantil sufre privación alimentaria en el segundo semestre de 2022.
Además, existen desigualdades sociales y regionales significativas, como el hecho de que un niño o niña en el 25% más pobre tiene 17 veces más probabilidades de sufrir privación alimentaria que un par en el 25% superior.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA UCA) publicó el documento estadístico: “Retorno a la senda de privaciones que signan a la infancia argentina. Las deudas sociales con la infancia se retrotraen a los niveles prepandemia, marcando lo estructural de las carencias y desigualdades sociales que condicionan su desarrollo”.