Pasadas las 19 horas, comenzó su alegato la defensa de Ana Yael Piedra, madre de Emiliano, a cargo de Jorge Bustos.
Este pidió mucho sentido común al jurado y vocales. “Mi representada fue, desde el momento de su nacimiento, sujeta a violencia de género”, sostuvo.
“Primero en su entorno familiar, luego en su matrimonio, y luego con su pareja. Naturalizó la violencia y lo toma como algo cotidiano”, agregó.
“La querella a introducido un leading case. Con un caso líder, pretende lograr una condena que ni siquiera está contemplada en el Código Penal”.
El hecho que estamos juzgando acá no es la primera vez que se juzga en esta provincia. Este caso no suscita nunca frente a los Tribunales, ya han sido muchas veces juzgados.
Aquí, Bustos marcó la enorme diferencia del proceso respecto a otros similares debido a la repercusión mediática por “recursos extra judiciales”.
“No podemos hablar de un plan criminal respecto a los dos imputados. Sin ofender a nadie, tienen un discurso y comportamiento acorde al soporte y a la educación que le ha dado la sociedad. Sobre todo en el caso de mi cliente, bastante básico, mezquino”.
Una educación muy básica crea un estado de vulnerabilidad
Bustos planteó que en caso de que Piedra sea condenada, sería inconstitucional. El letrado recordó que Piedra se encontraba a 4 km del lugar del hecho determinante del 21 de diciembre.
“Emiliano sentía como verdadero hogar a las guarderías dónde concurría porque sabía que allí tenía comida. Lo mismo con su papá, ¿A dónde iba a ir Emiliano, dónde le daban comida, juguetes y caprichos, o dónde pasaba necesidades?”, sostuvo sobre los argumentos de que Emiliano rehusaba de su hogar materno.
Bustos presentó la hipótesis de que José Luis Messa, padre de Emiliano y querellante, fue quien realmente le provocó las lesiones al niño, ya que se trataría de “un violento y mentiroso compulsivo”.
El defensor de Piedra reiteró que debido a la poca capacidad intelectual de ella, jamás podría ser artífice de un plan criminal.
Luego descartó los testimonios del padre y la hermana de Ana Yael, quienes hablaron bien de José Luis Messa, comentando que “intra muros” se trataba de una persona violenta que la oprimía mediante violencia económica.
Bustos reconoció que Ana Yael podría ser “bruta aún en su afecto”, que le podría haber dado “algún coscorrón, patada en el pañal o samarreada de brazo a Emiliano”, pero que esto se debe a su crianza carente de afecto.
“Los delincuentes engendran delincuentes”, llegó a decir en un confuso argumento para con su defendida.
La única que lo cuidaba era ella, y ahora la queremos hacer responsable de homicidio y lesiones
“Si el jurado encuentra a Piedra culpable de las lesiones, cosa que no sé, tiene que tener la certeza, la seguridad total. Ante la menor duda, hay que absolver”, sostuvo el letrado, usando el mismo argumento jurídico que la defensora de Fernández.
La duda implica inocencia
Luego cuestionó los 9 años pedidos por el fiscal de Cámara. Recordamos que la pena por lesiones gravísimas calificadas por el vínculo va de 3 a 15 años. Bustos pidió en este caso la mínima de 3 años.
Respecto a las lesiones sufridas por Emiliano a largo plazo, cuestionó la potencial mortalidad o gravedad de estas, diciendo que “no podemos saber si Emiliano alguna vez iba a quedar ciego”, y lo comparó con una situación personal que no se reproducirá en esta nota.
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