La ministra de Trabajo de la Nación, Raquel «Kelly» Olmos, afirmó este martes que la suma fija de 60.000 pesos «es para acompañar a los trabajadores en el impacto de la devaluación impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que trajo el macrismo a la Argentina».
En declaraciones formuladas a Radio Provincia, la funcionaria se refirió a la suma fija de 60.000 pesos que, en dos cuotas a cobrar en septiembre y octubre, deberán percibir aquellos trabajadores -del sector privado y público- que hayan tenido salarios inferiores a los 400.000 pesos por todo concepto en el mes de agosto. «La idea es poder compensar el salto inflacionario por la devaluación no deseada pero impuesta por el FMI», reiteró.
En ese marco, detalló que «en las microempresas, emprendimientos de hasta 10 trabajadores, el Estado asume el 100 por ciento del costo; en aquellas pymes de hasta 110 o 120 trabajadores, el Estado concurre con el 50% del costo; y en las medianas y grandes, deben absorberlo ellas».
Consultada sobre qué ocurrirá en el caso de las compañías que no abonen la suma fija, Olmos respondió que será necesario contar con «el acompañamiento de los gremios para identificar a las empresas» y precisó que, además, «trabajadores tienen canales anónimos para denunciar el incumplimiento».
Luego planteó que si bien el Gobierno nacional no posee «competencia para imponer la decisión en las provincias o municipios», el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, invitó a los gobernadores e intendentes a hacerlo».
«Acá hay dos proyectos: el del Gobierno, que es de producción y trabajo; y el de la oposición, que sólo propone el ajuste como hizo Patricia Bullrich cuando como ministra de Trabajo recortó 13 puntos los salarios», concluyó Olmos.