Laboratorios Gornitz festeja su 75º aniversario

Fundado por Salomón Gortniz en 1948 el emprendimiento de salud villamariense se constituye en uno de los principales referentes en Argentina.

Esta historia comenzó en 1932 cuando Pablo Gornitz, el abuelo del actual titular de Laboratorios Gornitz, llegó a la Argentina con lo puesto y se traslado a Villa María con el propósito de encontrar su lugar en el mundo.

Gornitz, como tantos inmigrantes judíos, llegaban escapando al horror de la guerra y la persecución racial.
Su prioridad era traer al resto de la familia que había quedado en una pequeña aldea de Polonia.
Comerciando mercadería casa por casa junto el dinero y -un año después a su llegada- se reunió con su mujer y sus cuatro hijos en Villa María.

Comenzaba un nuevo tiempo

El mayor de los cuatro hijos era Salomón Gornitz, tenía 9 años, no hablaba el idioma español, y se convertiría en el eje central de esta historia.

Ese Salomón niño, ayudando a su padre y aprendiendo el idioma en medio de las chanzas, por hablar un cocoliche para hacerse entender, un día -ya muchacho- partió a la Universidad Nacional de Córdoba y regresó con el titulo de bioquímico y farmacéutico bajo el brazo.

Laboratorios Gornitz es una realidad

Fue así que en agosto de 1948, hace 75 años, Salomón Gornitz dejaba inaugurado Laboratorios Gornitz.
Salomón estuvo 48 años al frente del laboratorio, hasta 1996, cuando lo detuvo la muerte.

Detrás, este inmigrante polaco dejaba un camino hecho de intenso trabajo.

No fue tarea fácil lograr en aquellos tiempos que se reconociera la importancia de los resultados de los análisis de laboratorio como apoyo a la medicina a la hora del diagnóstico de las enfermedades.
Pero Salomón era, además de emprendedor y visionario, un hombre tenaz y consecuente.

En su momento creo un banco de sangre, un banco de leche materna (cuando no se conocían aún los productos lácteos en polvo que hoy abundan en el mercado), incursionó en la industria farmacéutica, presidió el Círculo de Bioquímicos y participó activamente en varias instituciones de la ciudad.

Otro Pablo toma la posta

Pablo Gornitz, hijo de Salomón y nieto del primer Pablo de esta historia, toma la posta de Laboratorios Gornitz.

El comienzo no fue fácil. El médico Pablo Gornitz, egresado con el mejor promedio de su cohorte en la Universidad de Córdoba, se encontraba en los Estados Unidos, donde comenzaba a dar sus primeros pasos en la rama de la investigación, en uno de los hospitales más reconocidos de Nueva York, cuando fallece Salomón.

Es así que Pablo retorna a Villa María, con el férreo compromiso de estar un año y luego retomar la senda de la investigación.

En un tiempo de decisiones, Gornitz, el nieto de Pablo e hijo de Salomón, decidió permanecer en Villa María y ya está próximo a cumplir 30 años al frente del Laboratorio.

Otros tiempos, otra tecnología, el mismo compromiso

Modernizar desde la tecnología de punta y mantener la empatía de siempre con la sociedad fueron los principales vectores movilizados por Pablo Gornitz para continuar desarrollando el potencial del laboratorio.

Frases:

“La automatización lograda desde 2016 con la incorporación del sistema de la firma Siemens permite al laboratorio procesar 10.000 test por día”.

“El laboratorio ramificó la extensión de su cobertura a toda la provincia, Córdoba capital y provincias vecinas”.

“Está en análisis la incorporación de nueva tecnología para seguir la línea de optimización en la prestación de nuestros servicios”.

“Hoy el laboratorio cuenta con 55 colaboradores en el área de recursos humanos”.

“Sentimos una empatía muy importante con la gente y nos honra poder profundizar los lazos que existen entre el Laboratorio y la sociedad”.

Tres respuestas concretas de Pablo Gornitz

¿De que manera incide la presencia de la mujer en Laboratorios Gornitz?

“Tiene un rol fundamental en el desarrollo de nuestra empresa. En el laboratorio la tarea mayoritariamente está en manos de la mujer”.
“Hombre y mujer somos distintos y eso es muy bueno porqué complementamos y optimizamos nuestras capacidades”.
“Como ejemplo sito a mi abuela paterna Raquel Teper, quien en soledad sostuvo su casa en Polonia durante un año, mientras mi abuelo reunía el dinero para poder traerla a Argentina junto a sus cuatro hijos.

¿Facilitó, entorpeció o no incidió el hecho de provenir de la comunidad judía con el desarrollo del laboratorio?

Somos agradecidos de Argentina por haber cobijado a nuestra familia. Nos salvó la vida. De no ser así, de haber permanecido en Polonia, seríamos desaparecidos como el resto de nuestra numerosa Familia.
Esto no significa que pueda aparecer algún rasgo de incomprensión, pero nuestra empatía con la sociedad a la que pertenecemos es real. Se construyó a través de los años, es palpable y nos honra”.

¿Por que cuando viajó a los EE. UU. había decidido profundizar sus conocimientos en el área de la investigación?

“La investigación permite avanzar en el desarrollo de la ciencia. En el caso de la medicina posibilita logros fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas. Es un trabajo arduo, generalmente no reconocido, pero gratificante por la importancia de sus logros”.
“En lo personal, mi madre Rosa Berson falleció víctima de una grave enfermedad cuando nosotros -sus hijos- eramos adolescentes, ese hecho triste llevó mi interés al campo de la investigación”.

75 años de Laboratorios Gornitz, de Villa María, un ejemplo de “poder querer”, una historia de vida.